Ética de la población

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Introducción

Los utilitaristas están de acuerdo en que si el número de personas existentes se mantiene constante, debemos promover la suma total del bienestar en esa población fija.1 En el mundo real, sin embargo, la población no permanece fija. Tenemos la posibilidad de aumentar la población, por ejemplo, teniendo hijos. Si estas personas adicionales tienen una buena vida, ¿es esa una forma de mejorar el mundo? Esta pregunta pertenece al ámbito de la ética de la población, que trata de los problemas morales que surgen cuando nuestras acciones influyen en la identidad y el número de las personas que nacen, y en la calidad de vida tienen.

La ética de la población no es sólo un ejercicio académico. Es relevante para muchas cuestiones prácticas importantes, como cuántos hijos debemos tener, si es que debemos tener alguno; cuánto debemos invertir en la mitigación del cambio climático; y hasta qué punto debemos preocuparnos por los riesgos a corto plazo de extinción humana.

En este artículo se examinan cinco grandes enfoques de la ética de la población:

  1. La perspectiva total, que evalúa las poblaciones en función de la cantidad total de bienestar que contienen.
  2. La perspectiva promedio, que se centra en el nivel de bienestar promedio de la población.
  3. Las teorías del valor variable que tienen en cuenta ambos factores, aproximándose a la perspectiva total para poblaciones más pequeñas y a la perspectiva promedio para poblaciones más grandes.
  4. Las teorías del nivel crítico (y del rango crítico) que modifican la perspectiva total para que sólo cuente el bienestar positivo por encima de un nivel (o rango) crítico determinado.
  5. Perspectivas centradas en las personas afectadas, que niegan que tengamos razones (no instrumentales) para añadir vidas felices al mundo.2

La perspectiva total

Según la perspectiva total de la ética de la población:

Un resultado es mejor que otro si y sólo si contiene un mayor bienestar total.3

Una cuestión importante es que una población puede tener mayor bienestar total que otra por el hecho de tener más habitantes. Una forma de calcular este total es multiplicar el número de personas (N) por su calidad de vida media (Q).4 Podemos, por tanto, representar la perspectiva total mediante la siguiente función de valor:

Valorperspectiva total = N * Q

Consideremos un mundo hipotético A de 100 habitantes (NA) con un nivel de bienestar medio de 10 (QA) y otro mundo hipotético B de 200 habitantes (NB) con un nivel de bienestar de 5 (QB). Desde la perspectiva total, los mundos A y B son igualmente buenos porque ambos tienen 1000 unidades de bienestar (NA * QA = NB * QB = 1000).

Cuando se hacen estas comparaciones entre mundos hipotéticos en ética de la población, estos mundos suelen ilustrarse gráficamente. El ancho de los gráficos que siguen representa el número de personas y el alto, su nivel medio de bienestar. Por consiguiente, el área de los gráficos —ancho por alto— representa el bienestar total en los mundos hipotéticos. Ilustrados gráficamente, los mundos A y B son igualmente valiosos, según la perspectiva total, ya que sus gráficos tienen la misma área.

Perspectiva total

La perspectiva total implica que podemos mejorar el mundo de dos maneras: mejorando la calidad de vida de las personas que ya existen o aumentando el número de personas que viven una vida positiva.5 La perspectiva total no distingue si el bienestar adicional lo obtendrían personas que ya existen o personas totalmente nuevas. Por ejemplo, la perspectiva total considera que tener un hijo que vive una vida feliz y plena es algo que hace que el mundo sea mejor, en igualdad de condiciones, ya que aumenta el bienestar total.6 Es importante destacar que la afirmación no es que tener un hijo haga que el mundo sea mejor al enriquecer la vida de los demás, sino que tener un hijo es bueno en sí mismo. Cuán bueno es hacer que una nueva persona exista depende de cuánto mejor o peor es la vida de esa persona en comparación con una “vida neutra”. Según esta perspectiva, las personas felices son buenas y tener más de algo que sea bueno, siempre que las circunstancias no cambien, hace que el resultado sea mejor.

En la práctica, a menudo hay que elegir entre hacer más felices a las personas existentes o crear más personas felices. En un planeta con recursos limitados, añadir más gente a una población ya de por sí numerosa puede, en algún momento, disminuir la calidad de vida de los demás lo suficiente como para que el bienestar total disminuya. Es una cuestión empírica abierta si la población de nuestro mundo ha alcanzado el tamaño en el que añadir una persona aumenta o disminuye el bienestar general.7

La principal implicación práctica de la perspectiva total es que da una gran importancia a garantizar la prosperidad de la civilización a largo plazo. Esto implica tomarse muy en serio la reducción del riesgo existencial como una prioridad moral.8 Los riesgos existenciales —como una guerra nuclear total, un cambio climático extremo o una pandemia artificial— amenazan la supervivencia de la humanidad. Si la humanidad sobrevive, la civilización podría prosperar durante miles de millones de años, y un enorme número de personas futuras podrían llegar a disfrutar de vidas sumamente valiosas. El bienestar total de todas las generaciones futuras puede ser astronómico, y una catástrofe existencial privaría irreversiblemente a la humanidad de este futuro potencialmente grandioso. Desde la perspectiva total y desde muchas otras perspectivas morales, lo que está en juego con los riesgos existenciales es tan enorme que la mitigación de estos riesgos se convierte en una de las principales cuestiones morales que afronta la humanidad.

Objeciones a la perspectiva total: La conclusión repugnante

La objeción más prominente a la perspectiva total es la conclusión repugnante, formulada originalmente por Derek Parfit.9 En su forma más simple, la conclusión repugnante es que:10

Para cualquier mundo A, hay un mundo mejor Z en el que nadie tiene una vida que sea más que apenas digna de ser vivida.

La conclusión repugnante

Todas las vidas del mundo Z son positivas, pero son solo apenas dignas de ser vividas. Si la población de Z es lo suficientemente grande, el bienestar total de Z —representado por el área del gráfico— es mayor que el de A. Por consiguiente, la perspectiva total implica que el mundo Z es mejor que el mundo A: la conclusión repugnante.

Según la perspectiva total, un aumento suficientemente grande de la cantidad de una población puede compensar cualquier pérdida en la calidad de vida media de esa población, siempre que el bienestar medio siga siendo positivo. La mayoría de la gente considera que algunas compensaciones entre cantidad y calidad son intuitivamente plausibles; por ejemplo, casi todos estarían de acuerdo en que nuestro mundo de unos 8000 millones de personas es mejor que un mundo con una sola persona con un nivel medio de bienestar ligeramente superior. Sin embargo, a muchos les parece contraintuitiva la conclusión repugnante y piensan que la perspectiva total lleva demasiado lejos las compensaciones entre cantidad y calidad. Dado que nadie en el mundo Z tiene una vida más que apenas digna de ser vivida, es tentador pensar que Z debe ser peor que A, independientemente del tamaño de la población de Z.

Es importante señalar que la perspectiva total no implica necesariamente que debamos maximizar el tamaño de la población en la práctica. Es una cuestión empírica abierta cuál es la mejor manera de promover el bienestar total en la vida real: no está garantizado (ni siquiera es probable) que aumentar ciegamente la población sin asegurar también una alta calidad de vida sea el mejor enfoque. Pero incluso si la perspectiva total evita implicaciones repugnantes en la práctica, sigue siendo importante evaluar si estamos dispuestos a aceptar sus implicaciones más amplias (para diversos escenarios hipotéticos).

Los defensores de la perspectiva total, en cuanto tales, podrían responder al desafío que supone la conclusión repugnante desacreditando la intuición, tolerando la conclusión o atacando las alternativas. Analizaremos estas opciones sucesivamente.

Desacreditar la intuición

Nuestras intuiciones sobre estos casos pueden ser poco fiables o basarse en sutiles malentendidos.11

En primer lugar, la conclusión repugnante implica casos con un número extremadamente grande de individuos con un bienestar bajo pero positivo. Muchos filósofos sostienen que en esta situación nuestras intuiciones no son fiables: el cerebro humano tiene dificultades para comprender intuitivamente tanto los números muy grandes como la manera en que la suma de muchos valores pequeños da como resultado un valor muy grande.12 Por esta razón, es posible que no entendamos intuitivamente cómo el gran número de vidas en el mundo Z puede constituir algo más valioso que el mundo A.

En segundo lugar, puede que no apreciemos adecuadamente que las vidas “apenas dignas de ser vividas” son buenas en lugar de malas.13 Una vida “apenas digna de ser vivida” es digna de ser vivida, y una persona con una vida así tiene motivos para alegrarse de existir. Es posible que las descripciones engañosas de vidas “apenas dignas de ser vividas” en la bibliografía académica contribuyan a este malentendido. Aunque cómo determinar qué vidas son dignas de ser vividas es tema de controversia, se ha argumentado que los ejemplos influyentes en la bibliografía —como las vidas que no contienen más bienes que “muzak y patatas”—14 no son realmente dignas de ser vividas.15

En tercer lugar, podemos imaginarnos erróneamente que nosotros mismos formamos parte de las poblaciones que se comparan en la conclusión repugnante. En consecuencia, un sesgo egoísta puede empujarnos a favorecer las poblaciones con una alta calidad de vida.16

Tolerar la intuición

Los defensores de la perspectiva total pueden simplemente aceptar que el mundo Z es mejor que el mundo A. Pueden señalar que, a pesar de ser contraintuitiva inicialmente, esta conclusión se basa en el objetivo imperioso de crear un mundo con el mayor bienestar total posible. Desde la perspectiva total, las reducciones en el nivel medio de bienestar de una población pueden compensarse con creces añadiendo un número suficiente de vidas dignas de ser vividas. Puesto que las vidas dignas de ser vividas son (como sería lógico suponer) algo inherentemente bueno, parece retóricamente exagerado calificar esta implicación de “repugnante”.

De hecho, resulta muy difícil evitar la conclusión repugnante. Argumentos sólidos, como la “paradoja de la mera adición” de Parfit,17 generan la conclusión repugnante sin partir de la perspectiva total. Consideremos la elección entre los siguientes tres mundos: A, A+ y B.

Paradoja de la mera adición

En el mundo A, el bienestar de todos es muy alto. El mundo A+ contiene (i) un grupo de población idéntico al de la población A en cuanto al tamaño de la población y al bienestar promedio y (ii) un segundo grupo del mismo tamaño pero con un bienestar ligeramente inferior. La mayoría de la gente estaría de acuerdo en que A+ no es peor que A (e incluso podría ser mejor), ya que, intuitivamente, añadir meramente personas con vidas dignas de ser vividas (sin perjudicar con ello a ningún otro) no puede empeorar un resultado. Consideremos ahora el mundo B, con la misma población total que A+. El bienestar medio en B es ligeramente superior al de A+, pero inferior al de A. Si comparamos los mundos A+ y B, parece que B debe ser mejor. No sólo el bienestar medio y total en B son mayores que en A+, sino que además el bienestar está distribuido de forma más equitativa. Sin embargo, si B es mejor que A+, y A+ no es peor que A, se deduce que B debe ser mejor que A.18 La repetición de este proceso —comparando el mundo B con B+ y C, etc.— conduce al mundo Z con un enorme número de personas con vidas apenas dignas de ser vividas. Siguiendo el razonamiento anterior, el mundo Z debe ser mejor que el mundo A: la conclusión repugnante.

Los artículos recientes de Dean Spears y Mark Budolfson defienden de forma diferente que una versión ampliada de la conclusión repugnante es ineludible:19 los autores sostienen que todas las teorías plausibles implican que a veces es mejor añadir un gran número de vidas ligeramente positivas a una población existente que añadir un número menor de vidas extremadamente positivas.20 A partir de este resultado, concluyen que “la conclusión repugnante no proporciona ninguna orientación metodológica para la teoría o la formulación de políticas, porque no discrimina entre las diferentes teorías.”21 Los críticos podrían responder que estos nuevos veredictos —que consisten en añadir personas a poblaciones existentes— no son tan intuitivamente problemáticos como la conclusión repugnante original.

Atacar las alternativas

Una última respuesta consiste en señalar que las implicaciones contraintuitivas no son en absoluto exclusivas de la perspectiva total. Varios teoremas de imposibilidad demuestran que es lógicamente imposible que cualquier teoría ética de la población satisfaga todos los principios y axiomas intuitivamente deseables.22 Uno de esos axiomas es evitar la conclusión repugnante. Sin embargo, algunos filósofos sostienen que evitar la conclusión repugnante no justifica los costos teóricos de renunciar a otros axiomas o principios fundamentales. Aceptar la conclusión repugnante proporciona una respuesta fácil a los teoremas de imposibilidad, ya que la perspectiva total es coherente con todos los demás axiomas de estos teoremas.23 En vista de esto, un número creciente de filósofos morales han llegado a aceptar y defender la conclusión repugnante y la perspectiva total.24

Para evaluar esta afirmación comparativa, debemos considerar los méritos (y deméritos) de los puntos de vista rivales. Los filósofos han propuesto varias alternativas a la perspectiva total que tratan de evitar (al menos en su versión original) la conclusión repugnante. Entre estas teorías se encuentran la perspectiva promedio, las teorías del valor variable, las teorías del nivel y del rango críticos, y las perspectivas centradas en las personas afectadas.

La perspectiva promedio

Según la perspectiva promedio de la ética de la población:

Un resultado es mejor que otro si y sólo si contiene mayor bienestar promedio.

Dado que la perspectiva promedio sólo pretende mejorar el nivel promedio de bienestar, no tiene en cuenta —a diferencia de la perspectiva total— el número de individuos que existen.25 En consecuencia, la perspectiva promedio se representa mediante una función de valor simple, con un nivel promedio de bienestar Q:

Valorperspectiva promedio = Q

La perspectiva promedio evita la conclusión repugnante porque implica que las reducciones en el nivel medio de bienestar nunca pueden compensarse con la mera adición de más personas a la población.

Sin embargo, la perspectiva promedio tiene muy poco apoyo entre los filósofos morales, ya que adolece de graves problemas.

En primer lugar, consideremos un mundo habitado por una sola persona que padece un sufrimiento atroz. La perspectiva promedio implica que podríamos mejorar este mundo creando un millón de personas cuyas vidas también estuvieran llenas de un sufrimiento insoportable, si el sufrimiento de las nuevas personas fuera ligeramente menos malo que el sufrimiento de la persona original.26

En segundo lugar, la perspectiva promedio implica la conclusión sádica:27

En igualdad de condiciones, a veces puede ser mejor crear vidas con bienestar negativo que crear vidas con bienestar positivo desde el mismo punto de partida.

Añadir un pequeño número de personas torturadas y miserables a una población disminuye el bienestar promedio menos que añadir un número suficientemente grande de personas cuyas vidas son bastante buenas, pero inferiores a la media existente. Para comprobarlo, consideremos el siguiente gráfico, en el que el mundo A tiene un bienestar promedio inferior al del mundo B. Contrariamente a la intuición, la perspectiva promedio implica que deberíamos preferir el mundo B al mundo A.

Perspectiva promedio y conclusión sádica

En tercer lugar, la perspectiva promedio prefiere poblaciones arbitrariamente pequeñas a poblaciones muy grandes, siempre que el bienestar medio sea mayor. Por ejemplo, un mundo con un único individuo extremadamente feliz sería preferible a un mundo con diez mil millones de personas, todas ellas extremadamente felices pero ligeramente menos felices que esa única persona.

Las teorías del valor variable

Para llegar a un compromiso entre las perspectivas total y promedio, algunos filósofos han propuesto teorías del valor variable. Según estas teorías, el valor marginal de crear personas adicionales disminuye: cuanto mayor es la población existente, menor es el valor de añadir una nueva persona.

Las teorías del valor variable más simples pueden representarse mediante la siguiente función de valor, con un número de individuos N y una calidad de vida media Q:28

Valorvalor variable = Q * f(N)

Este valor marginal decreciente permite a las teorías del valor variable evitar algunos de los puntos débiles de las perspectivas total y promedio. Por ejemplo, Hilary Greaves escribe que:29

Podría decirse que [la perspectiva promedio] es intuitivamente menos plausible para poblaciones pequeñas: si por lo demás sólo hay diez personas que vivirán alguna vez, por ejemplo, parece (quizás) mejor añadir una persona más con un nivel de bienestar positivo determinado que si ya hay 100 000 millones de personas.

A primera vista, una característica atractiva de las teorías del valor variable es que se aproximan a la perspectiva total con poblaciones pequeñas y a la perspectiva promedio con poblaciones grandes, ya que así pueden evitar la conclusión repugnante.30

Sin embargo, las teorías del valor variable se enfrentan a otros problemas. En primer lugar, al aproximarse a la perspectiva promedio con poblaciones grandes, corren el riesgo de ser susceptibles a las mismas objeciones. Así, para evitar aprobar la adición de vidas negativas (por encima del promedio) al mundo, los teóricos del valor variable deben invocar una asimetría según la cual sólo disminuye el valor de las vidas positivas, pero no el disvalor de las negativas. Desde este punto de vista, añadir vidas negativas a un mundo siempre lo empeora intrínsecamente, aunque aumente el promedio. Sin embargo, tal asimetría conduce a algo análogo a lo que Parfit llama la conclusión absurda:31 que una población considerada buena, con muchas vidas felices y pocas miserables, puede convertirse en una población considerada mala simplemente aumentando proporcionalmente el número de vidas positivas y negativas.32 Para escapar a esta objeción, los teóricos del valor variable deben permitir que las vidas buenas adicionales a veces compensen las vidas malas adicionales, sin introducir otras consecuencias indeseadas que debiliten la perspectiva. No es tarea fácil.33

Las teorías del nivel crítico y del rango crítico

Según las teorías del nivel crítico

Añadir un individuo mejora un resultado en la medida en que su bienestar supere cierto nivel crítico.

Por consiguiente, un resultado puede empeorar no sólo si se añade un individuo con un bienestar negativo, sino también si su bienestar es positivo pero inferior al nivel crítico.34

El valor total de un resultado, según las teorías del nivel crítico, puede representarse mediante la siguiente función de valor, con un número de individuos N, una calidad de vida media Q y un nivel crítico α:

Valornivel crítico = N * (Q - α)

Si observamos esta función de valor, veremos que la perspectiva total de la ética de la población no es más que una teoría del nivel crítico cuyo nivel equivale a cero (α = 0). Las teorías del nivel crítico, incluida la perspectiva total, coinciden en que el valor de añadir un individuo al mundo sólo depende del nivel de bienestar de ese individuo y —a diferencia de la perspectiva promedio y las teorías del valor variable— no del número de personas existentes ni de sus niveles de bienestar.

Las teorías del nivel crítico evitan la conclusión repugnante si su nivel crítico es mayor que el nivel de bienestar que hace que una vida sea “apenas digna de ser vivida”. Esto se desprende de la definición de las teorías del nivel crítico, ya que sólo añadiendo personas cuyo bienestar supere el nivel crítico se puede compensar la reducción de la calidad de vida media.

Sin embargo, un nivel crítico positivo implica una versión particularmente espantosa de la conclusión sádica, que empeora cuanto más alto es el nivel crítico elegido,35 porque implica que es preferible que en un mundo haya personas con un bienestar negativo —vidas que no son dignas de ser vividas, como vidas que sufren torturas constantes— a que haya muchas más personas con vidas dignas de ser vividas pero por debajo del nivel crítico. Ilustradas gráficamente, las teorías del nivel crítico implican, contrariamente a la intuición, que el mundo A (con una población suficientemente grande) es peor que el mundo B.

Teoría del nivel crítico

Para evitar este resultado inaceptable, podemos pasar a una teoría del rango crítico,36 según la cual:

Añadir un individuo mejora un resultado en la medida en que su bienestar supera el límite superior de un rango crítico y empeora un resultado en la medida en que su bienestar cae por debajo del límite inferior del rango crítico.

Al establecer el límite inferior del rango crítico de manera que incluya todas las vidas neutras, es decir, aquellas que no son ni buenas ni malas para la persona que las vive, las teorías del intervalo crítico pueden evitar la conclusión sádica. Y al fijar el límite superior del intervalo en el punto en el que las vidas pasan a ser claramente dignas de ser vividas, estas teorías evitan la conclusión repugnante.

¿Pero qué ocurre con las vidas que caen dentro del rango crítico? La vida dentro de este rango puede parecernos mediocre: ni buena ni mala, pero tampoco igual a cero en valor. Al fin y al cabo, algunas vidas mediocres (las situadas en el extremo superior del intervalo) son mejores que otras (las situadas en el extremo inferior), por lo que no puede ser que añadir cualquier vida en este intervalo produzca un resultado igual de valioso. Por el contrario, el valor del resultado debe ser incomparable al del estado previo o estar a la par de ese estado: ni mejor, ni peor, ni exactamente igual en valor.37 Obsérvese que puede ser mejor añadir al mundo una vida mediocre en la parte superior del rango que añadir una vida mediocre en la parte inferior, aunque añadir cualquiera de las dos vidas sea meramente “mediocre” o dé lugar a un resultado incomparable con el mundo en el que no se añade ninguna de las dos vidas.38

Para profundizar en este punto de vista, podemos pensar que el valor de una vida tiene dos dimensiones:39 además de la conocida dimensión negativo-positivo, existe una segunda dimensión que podríamos denominar “borrosidad del valor”. Cuando la borrosidad es nula, los valores resultantes son perfectamente precisos y comparables: cualquier vida positiva, por poco que lo sea, constituye una mejora intrínseca del mundo. Pero a medida que aumenta la borrosidad, el valor resultante se vuelve cada vez más “mediocre”, o incomparable. Si el valor de la vida tuviera una borrosidad infinita, entonces todas las vidas serían mediocres. (Examinamos esa perspectiva en la sección siguiente.) Alternativamente, si pensamos que el valor de la vida admite sólo una borrosidad moderada, entonces un valor positivo (o negativo) suficiente puede superar esta borrosidad y calificar la vida en cuestión como una que sería, en sí misma, buena (o mala) para añadir al mundo.

La implicación clave de esta teoría del rango crítico (con una borrosidad del valor moderada) es que una vida intrínsecamente buena debe contener significativamente más bienestar que una vida intrínsecamente mala, porque entre estos dos niveles hay un rango moderado de vidas que son mediocres, como se ilustra a continuación:40

Teoría del rango crítico

El punto de vista resultante, aunque teóricamente complejo, parece menos susceptible de objeciones severas que los otros puntos de vista que hemos estudiado. En particular, puede evitar simultáneamente tanto la conclusión repugnante como la conclusión sádica. Pero vale la pena señalar que no puede dar cabida a la fuerte intuición “antirrepugnancia” de que el mundo idílico A es estrictamente mejor que el mundo repugnante Z.41 En su lugar, las teorías críticas del rango consideran que los dos mundos son incomparables, debido a la inmensa borrosidad del valor introducida por todas esas vidas mediocres en el mundo Z.

Las perspectivas centradas en las personas afectadas y la asimetría procreativa

Todas las teorías discutidas más arriba —la perspectiva total, la perspectiva promedio, las teorías del valor variable y las teorías del nivel y del rango críticos— son teorías impersonales.42

Teorías impersonalesFunción de valor (valor de un estado particular del mundo).
Perspectiva totalN * Q
Perspectiva promedioQ
Teoría del valor variablef(N) * Q
Teoría del nivel crítico43N * (Q - α)

N = número de personas; Q = nivel promedio de bienestar; α = nivel crítico; f() = función estrictamente creciente y estrictamente cóncava con asíntota horizontal

Las teorías impersonales implican que crear una persona más con una vida (suficientemente) buena hace que el mundo sea mejor, en igualdad de condiciones.44 Sin embargo, algunas personas rechazan esta implicación. Afirman que no hay razones morales para crear más personas, al menos no razones basadas en el bienestar que estas personas disfrutarían si fueran creadas. Jan Narveson expresó esta idea en forma de eslogan: “Estamos a favor de hacer feliz a la gente, pero somos neutrales respecto de hacer gente feliz.”45 Las perspectivas centradas en las personas afectadas intentan recoger esta intuición de neutralidad y son especialmente comunes entre los no consecuencialistas.46

Con este fin, las perspectivas centradas en las personas afectadas aceptan la restricción de las personas afectadas:

Un resultado no puede ser mejor (o peor) que otro a menos que sea mejor (o peor) para alguien.47

A primera vista, este principio parece eminentemente plausible. Cuando sólo se consideran los casos de población fija, equivale a una expresión del bienestarismo: la perspectiva de que el bienestar es el único valor. Pero surgen problemas cuando se comparan resultados en los que existen diferentes personas, especialmente si se combina con el principio de incomparabilidad de la existencia:48

Si una persona existe en un resultado pero no en otro, no es posible comparar su bienestar entre estos resultados.

Según este principio, dado que se supone que el valor de la existencia y la no existencia son incomparables, existir no puede ser mejor (o peor) para uno. Cuando se combina con la restricción de las personas afectadas, obtenemos el resultado de que existir tampoco puede hacer que el resultado sea mejor (o peor). Pero solemos pensar que las vidas de sufrimiento incesante serían peores que no existir. Y un resultado que contuviera más vidas de sufrimiento seguramente sería, en ese sentido, un resultado peor.49

Para dar cabida a estas intuiciones, los teóricos de las perspectivas centradas en las personas afectadas deben admitir que los estados intrínsecamente malos (como el sufrimiento inmerecido) pueden contar como daños no comparativos. Incluso si, estrictamente hablando, no podemos comparar la existencia con la no existencia, sí podemos sostener que una vida de sufrimiento incesante es mala para uno. La restricción de las personas afectadas puede modificarse para especificar que un resultado puede ser peor que otro si o bien es peor para alguien o bien es malo para alguien (mientras que la alternativa no lo es).

Generalizar este razonamiento nos llevaría a sostener de manera similar que los estados intrínsecamente buenos (o el bienestar positivo) pueden contar como un beneficio no comparativo de la existencia.50 Pero este resultado despojaría a la perspectiva centrada en las personas afectadas de su carácter distintivo. Podría acabar fácilmente coincidiendo con la perspectiva total, por ejemplo, y aprobando la conclusión repugnante en nombre de las multitudes del mundo Z que recibirían cada una un beneficio no comparativo minúsculo por el hecho de existir.

Muchos teóricos de las perspectivas centradas en las personas afectadas desean evitar este resultado y en su lugar apoyan la asimetría procreativa, según la cual:

Es malo crear personas con bienestar negativo, pero no es bueno crear personas con bienestar positivo, en igualdad de condiciones.

Aunque muchos consideran que se trata de un principio intuitivo,51 es notoriamente difícil fundamentarlo de manera rigurosa.52 La asimetría procreativa también tiene varias implicaciones profundamente problemáticas, derivadas de su incapacidad para considerar que las vidas positivas son algo bueno.

La asimetría procreativa más simple sostiene que las vidas positivas no suman ni restan valor al resultado. Pero esto implica falsamente que crear vidas con un bienestar positivo bajo es tan bueno como crear un número igual de vidas con un nivel de bienestar alto. Por ejemplo, consideremos la posibilidad de elegir entre dos mundos habitados por diferentes grupos de personas futuras. En el mundo A1, todos tienen una vida maravillosa. En el mundo A2, todas las personas tienen una vida mucho peor que en A1, aunque positiva.

Perspectivas centradas en las personas afectadas y la asimetría

Es claro que deberíamos preferir el mundo A1 al A2. Sin embargo, la versión más simple de la asimetría procreativa implica que ambos mundos son igual de buenos: porque no son ni buenos ni malos.

En los casos de comparación con mundos vacíos, la asimetría procreativa simple a veces arroja veredictos que parecen aún más equivocados. Consideremos la siguiente elección entre el mundo A y el mundo B:53

En el mundo A, todas las personas, salvo unas pocas, tienen una vida excelente. Pero algunas personas padecen una enfermedad extremadamente rara que hace que la vida no sea digna de ser vivida. En el mundo B, no existe ninguna persona.

Perspectivas centradas en las personas afectadas y la asimetría

La mayoría de la gente preferiría el mundo A a un mundo vacío B. Pero la simple asimetría procreativa parecería, perversamente, favorecer el mundo vacío B, ya que las muchas vidas buenas del mundo A no cuentan para nada, mientras que las pocas vidas malas determinan la decisión. Desde este punto de vista, no hay intercambios aceptables entre vidas buenas y malas. Lo mejor, al parecer, sería que no hubiera ninguna vida.

Para ayudar a resolver estos problemas, podemos considerar una perspectiva centrada en las personas afectadas más compleja, análoga a la teoría del rango crítico, pero con una borrosidad del valor infinita, lo que da como resultado que todas las vidas (positivas) sean “mediocres”.54 Según esta perspectiva, es mejor crear una vida próspera que una mediocre (por lo que A1 es mejor que A2, al menos si contienen exactamente el mismo número de personas), pero cualquiera de las dos opciones está simplemente a la par de no crear ninguna.

Pero esto nos lleva a un problema más profundo con la asimetría procreativa: este principio tiene dificultades para dar cuenta de la idea de que deberíamos estar realmente contentos de que el mundo (con todas sus vidas dignas de ser vividas) exista.55 Por supuesto, la inmensa incomparabilidad introducida por todas las vidas supuestamente “mediocres” en A al menos bloquea la conclusión repugnante de que debemos preferir categóricamente el mundo vacío B. Aún así, sostener que los dos mundos son incomparables o que están “a la par” también parece equivocado.

Debemos reconocer que A es mejor. Pero para ello, debemos rechazar la asimetría procreativa estricta y sostener que hay un límite superior al “rango crítico” de vidas que son simplemente mediocres. Y esto es independientemente plausible. Después de todo, cuando pensamos en qué hace que un universo posible sea bueno, la respuesta más obvia es que contiene un predominio de vidas prósperas y maravillosas. ¿Cómo podría eso no ser mejor que una roca estéril? Cualquier punto de vista que niegue este veredicto es posiblemente demasiado nihilista y ajeno a los valores humanistas como para que merezca la pena ser tomado en serio.

También podemos formular objeciones más teóricas a tal punto de vista. Por ejemplo, Toby Ord señala en The Precipice: Existential Risk and the Future of Humanity que las perspectivas centradas en las personas afectadas suelen adolecer de uno o más de los siguientes problemas:56

  1. que las valoraciones morales cambien cuando se introducen “alternativas irrelevantes” (como preferir A a B cuando son las únicas opciones, pero luego B a A cuando una opción inferior C también está disponible);
  2. que haya ordenaciones cíclicas del valor (decir que A es mejor que B, B es mejor que C y C es mejor que A);
  3. que impliquen que todos los resultados que difieren incluso ligeramente en el número de personas que existen son incomparables.

Por todas estas razones, los utilitaristas rechazan en gran medida las perspectivas centradas en las personas afectadas, aunque siguen debatiendo qué teoría impersonal es la más adecuada.57

Implicaciones prácticas de las teorías éticas de la población

La ética de la población es un campo de gran importancia para la toma de decisiones en el mundo real. En particular, qué perspectiva en la ética de la población adoptemos determina la importancia que debemos asignar a preservar y mejorar el futuro a largo plazo de la humanidad. Si la civilización humana persiste, y acaso un día se expande por las estrellas, podría haber un número inconcebiblemente grande de personas futuras con vidas valiosas. Su existencia y su bienestar dependen en parte de las decisiones que tomemos hoy: especialmente de cuántos recursos invirtamos nosotros, la generación actual, en prevenir los riesgos existenciales, que amenazan la supervivencia y el florecimiento de la humanidad a largo plazo.58

El bienestar total del que podrían disfrutar todas las personas futuras es potencialmente enorme. Por consiguiente, desde la perspectiva total, el disvalor de perder nuestro futuro es inmenso, y la mitigación de los riesgos existenciales adquiere una importancia correspondiente. La misma conclusión es válida para las teorías del nivel (o rango) crítico, suponiendo que el bienestar medio de las generaciones futuras supere el nivel (o rango) crítico.59

Incluso desde una perspectiva promedio, hay motivos para esperar que el futuro a largo plazo tenga un gran impacto en el valor global del mundo. El bienestar humano ha mejorado espectacularmente en los últimos siglos gracias al progreso tecnológico, social y moral. En consecuencia, nuestra generación está elevando la media histórica de bienestar entre los seres humanos que han existido hasta ahora.60 Es probable que los nuevos avances científicos y médicos sigan mejorando la calidad de vida promedio en el futuro. Por lo tanto, incluso desde la perspectiva promedio debería ser prioritario evitar los riesgos existenciales dado el gran aumento futuro del bienestar promedio. Lo mismo ocurre con las teorías del valor variable, ya que tienden a aproximarse a la perspectiva promedio para grandes poblaciones.61

Los defensores de las perspectivas centradas en las personas afectadas (con una asimetría procreativa estricta) ven con escepticismo la afirmación de que reducir el riesgo existencial es de enorme importancia. Aunque se inclinan a pensar que la reducción de estos riesgos tiene algún valor, porque así se reduce el riesgo de muerte de las personas que viven actualmente, no consideran la ausencia de las generaciones futuras como una pérdida moral intrínseca. No obstante, aun cuando estas perspectivas asimétricas estrictas pueden no estar preocupadas por la posibilidad de la extinción humana, sí pueden preocuparse seriamente por la posibilidad de un futuro distópico que contenga muchas vidas miserables.62 Otros podrían sentirse atraídos por una versión más débil (y, en consecuencia, más plausible) de la asimetría, según la cual tenemos alguna razón para crear vidas prósperas, pero una razón más fuerte para ayudar a las personas existentes o para evitar vidas de bienestar negativo. Según estas opiniones moderadas, garantizar que el futuro vaya bien seguiría siendo muy importante, ya que hay muchas vidas en juego.

Por último, hay un argumento de incertidumbre moral: dado lo difícil que resulta el terreno de la ética de la población, es posible que no estemos totalmente seguros de ningún punto de vista concreto. Por lo tanto, deberíamos averiguar qué grado de creencia deberíamos tener en cada teoría y, a continuación, llevar a cabo la acción que suponga el mejor compromiso entre esas teorías. Como hemos visto, muchas teorías plausibles coinciden en que mejorar el futuro a largo plazo tiene una gran importancia moral. Por lo tanto, a menos que uno pueda estar extremadamente seguro de las perspectivas centradas en las personas afectadas, parecería prudente prestar atención a esta conclusión y tomar medidas significativas para salvaguardar nuestro futuro.63

Conclusión

Nuestras acciones determinan la calidad, cantidad e identidad de las vidas futuras. La ética de la población se ocupa de las intrincadas cuestiones morales que plantean esos efectos en las generaciones futuras.

Según la perspectiva total de la ética de la población, la bondad de un resultado depende sólo del bienestar total, que puede aumentar mejorando la vida de las personas existentes o creando más personas felices. En cambio, la perspectiva promedio ignora el número de personas y sólo tiene en cuenta su bienestar promedio. Las teorías del valor variable intentan reflejar mejor las intuiciones comunes sobre la ética de la población aproximándose a la perspectiva total para poblaciones pequeñas y a la perspectiva promedio para poblaciones grandes. Las teorías de nivel (o rango) crítico sostienen que añadir a una persona mejora un resultado en la medida en que su bienestar supere cierto nivel (o rango) crítico. Por último, las perspectivas centradas en las personas afectadas niegan que las vidas adicionales mejoren (intrínsecamente) el resultado.

Todas estas perspectivas se enfrentan a objeciones de peso. La perspectiva total implica la conclusión repugnante, según la cual para cualquier mundo A (por idílico que sea), existe un mundo mejor Z en el que las personas sólo tienen vidas apenas dignas de ser vivida. La perspectiva promedio, las teorías del valor variable y las teorías del nivel crítico implican versiones de la conclusión sádica: que a veces puede ser mejor crear (pocas) vidas con bienestar negativo que crear (más) vidas con bienestar positivo. Las perspectivas centradas en las personas afectadas se basan en una asimetría sin fundamento y tienen dificultades para explicar el valor de la existencia (incluso en los casos más idílicos). Las teorías de rango crítico pueden tener mejores resultados, pero ni siquiera ellas pueden respaldar la intuición antirrepugnante de que un mundo idílico A es estrictamente mejor que el mundo repugnante Z. Lo extendido de estos problemas no es una coincidencia: los teoremas de imposibilidad demuestran que ninguna teoría ética de la población puede satisfacer todos los principios intuitivos o axiomas que cabría esperar.

Las implicaciones prácticas más importantes de la ética de la población tienen que ver con el valor que debemos asignar a preservar y mejorar el futuro de la humanidad a largo plazo y, por tanto, con la importancia de reducir los riesgos existenciales.

En el siguiente capítulo se analizan las implicaciones más importantes del utilitarismo para la forma en que debemos pensar en llevar una vida ética.


Cómo citar esta página

Chappell, R.Y., Meissner, D., y MacAskill, W. (2023). Ética de la población. En R.Y. Chappell, D. Meissner, y W. MacAskill (eds.), Introducción al utilitarismo, <https://www.utilitarismo.net/etica-de-la-poblacion>, visitado .

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Recursos y más información

Debates generales sobre la ética de la población

La perspectiva total y la conclusión repugnante

Teorías del valor variable

Teorías del nivel crítico y del rango crítico

La intuición de neutralidad

Las perspectivas centradas en las personas afectadas y la asimetría

Implicaciones prácticas de la ética de la población

Teoremas de imposibilidad en la ética de la población


  1. Cuando hablamos de poblaciones, nos referimos a poblaciones totales: no sólo a cuántas personas están vivas en un momento específico, sino a todas las personas a lo largo de todo el tiempo. ↩︎

  2. Otros autores, siguiendo a Derek Parfit, hablan a veces de una “perspectiva centrada en las personas afectadas amplia” que admite razones (no instrumentales) para añadir vidas felices. (Véase 📘 Derek Parfit (1984). Reasons and Persons. Oxford: Clarendon Press. ) Para facilitar la expresión, en este artículo utilizamos “persona” en el sentido estrecho más distintivo que rechaza esta idea. ↩︎

  3. A lo largo de este artículo, utilizamos los términos “calidad de vida” y “bienestar” indistintamente. Estos términos se utilizan para describir cuán buena o mala es la vida de una persona en su totalidad, y no sólo su bienestar en un momento determinado. Además, conceptos como “unidades de bienestar” y “niveles de bienestar” son simplificaciones utilizadas a título ilustrativo y no implican que en la práctica podamos medir el bienestar con precisión. ↩︎

  4. Un método alternativo consiste en sumar los niveles de bienestar de todos los individuos. ↩︎

  5. La noción de vida positiva, crucial para la perspectiva total, sólo tiene sentido en relación con un punto cero en la escala de bienestar. Este punto cero es el umbral a partir del cual la vida se vuelve “digna de ser vivida”. Una “vida neutra”, en el nivel 0 de bienestar, no es ni “digna de ser vivida” ni “no digna de ser vivida”. Puede ser una vida sin valor ni disvalor, o una vida con exactamente tanto valor como disvalor.

    Para más información sobre las sutilezas del concepto de vida “digna de ser vivida”, véase 📘 John Broome (2004). Weighing Lives. Oxford: Oxford University Press. pp. 66–68.  ↩︎

  6. Más fuerte aún: desde la perspectiva total, sería intrínsecamente mejor crear una nueva persona en el nivel de bienestar 100 que mejorar el bienestar de una persona existente del nivel 1 al 100. ↩︎

  7. Para una análisis de la cuestión de si el mundo está superpoblado o subpoblado, véase 📖 Toby Ord (2014). Overpopulation or Underpopulation? In Goldin, I. (Eds.), Is the Planet Full?. (pp. 46–60) Oxford University Press.  ↩︎

  8. Reducir el riesgo existencial es una prioridad no sólo para la perspectiva total, sino para una amplia variedad de perspectivas morales. Sin embargo, para la perspectiva total, preservar la prosperidad a largo plazo de la civilización tiene un valor especialmente importante.

    📘 Toby Ord (2020). The Precipice: Existential Risk and the Future of Humanity. London: Bloomsbury Publishing. cap. 2.  ↩︎

  9. Aunque Parfit merece el reconocimiento por plantear el debate filosófico en torno a la conclusión repugnante, podría decirse que Henry Sidgwick se percató de ello mucho antes, al escribir que “el punto hasta el cual, según los principios utilitaristas, debe alentarse el aumento de la población, no es aquel en el que la felicidad media es la mayor posible… sino aquel en el que la felicidad alcanza su máximo”.

    📘 Henry Sidgwick (1907). The Methods of Ethics (7). London: Macmillan. p. 418.  ↩︎

  10. Esta formulación está tomada de 📃 Hilary Greaves (2017). Population Axiology Philosophy Compass, 12(11). 1–15.

    La formulación original más larga de Parfit era la siguiente: “Para cualquier población posible de al menos diez mil millones de personas, todas con una calidad de vida muy alta, debe haber alguna población imaginable mucho mayor cuya existencia, si las demás cosas son iguales, sería mejor aunque sus miembros tengan vidas apenas dignas de ser vividas.”

    📘 Derek Parfit (1984). Reasons and Persons. Oxford: Clarendon Press. p. 342.

    La perspectiva total implica además la conclusión muy repugnante, según la cual un número suficiente de vidas apenas dignas de ser vividas puede pesar más que cualquier número de vidas adicionales arbitrariamente miserables.

    📖 Gustaf Arrhenius, Krister Segerberg & Rysiek Sliwinski (2003). The Very Repugnant Conclusion (pp. 167–180) Department of Philosophy, Uppsala University.  ↩︎

  11. 📃 Stéphane Zuber et al. (2021). What Should We Agree on About the Repugnant Conclusion? Utilitas. 1–5. ↩︎

  12. 📘 John Broome (2004). Weighing Lives. Oxford: Oxford University Press. 📃 Michael Huemer (2008). In Defence of Repugnance Mind, 117(468). 899–933.

    📖 Johan E. Gustafsson (2022). Our Intuitive Grasp of the Repugnant Conclusion In Arrhenius, G., Bykvist, K. & Campbell, T. (Eds.), The Oxford Handbook of Population Ethics. (pp. 371–390) Oxford University Press.  ↩︎

  13. 📃 Jesper Ryberg (1996). Is the Repugnant Conclusion Repugnant? Philosophical Papers, 25(3). 161–177. 📃 Torbjörn Tännsjö (1992). Who Are the Beneficiaries? Bioethics, 6(4). 288–296.

    📖 John Leslie Mackie (1985). Parfit’s Population Paradox In Mackie, J. & Mackie, P. (Eds.), Persons and Values. (pp. 242–8) Oxford University Press.  ↩︎

  14. Así caracterizaba Parfit en ocasiones el “repugnante” mundo Z, por ejemplo en 📖 Derek Parfit (2004). Overpopulation and the Quality of Life In Ryberg, J. & Tännsjö, T. (Eds.), The Repugnant Conclusion: Essays on Population Ethics. (pp. 7–22) Springer.  ↩︎

  15. 🎓 Michelle Hutchinson (2014). The Ethics of Extending and Creating Life. University of Oxford. ↩︎

  16. 📃 Torbjörn Tännsjö (2002). Why We Ought to Accept the Repugnant Conclusion Utilitas, 14(3). 339–359.

    📃 Michael Huemer (2008). In Defence of Repugnance Mind, 117(468). 899–933. ↩︎

  17. 📘 Derek Parfit (1984). Reasons and Persons. Oxford: Clarendon Press. cap. 19.  ↩︎

  18. Al menos bajo supuestos normales. Como veremos más adelante, esto ya no se sigue si, además de la tricotomía estándar de las relaciones de valor (ser mayor que, menor que y precisamente igual), existe una cuarta relación de estar a la par. La razón es que B podría ser mejor que A+, mientras que tanto A+ como B están meramente a la par de A. ↩︎

  19. 📃 Dean Spears & Mark Budolfson (2021). Repugnant Conclusions Social Choice and Welfare.

    📜 Dean Spears & Mark Budolfson (2018). Why the Repugnant Conclusion Is Inescapable (Climate Futures Initiative working paper). Princeton University  ↩︎

  20. Para ver cómo se aplica esto a la perspectiva promedio, por ejemplo, basta con suponer que tenemos una población base que contiene un sufrimiento inmenso. Añadir una vasta población de vidas apenas positivas puede entonces hacer más para elevar el promedio que añadir un número moderado de vidas excelentes. ↩︎

  21. 📃 Dean Spears & Mark Budolfson (2021). Repugnant Conclusions Social Choice and Welfare.p. 28.  ↩︎

  22. 📃 Gustaf Arrhenius (2000). An Impossibility Theorem for Welfarist Axiologies Economics and philosophy, 16(2). 247–266. 📖 Gustaf Arrhenius (2011). The Impossibility of a Satisfactory Population Ethics In Descriptive and Normative Approaches to Human Behavior. (pp. 1–26) 📃 Philip Kitcher (2000). Parfit’s Puzzle Nous, 34(4). 550–577. 📃 Erik Carlson (1998). Mere Addition and the Two Trilemmas of Population Ethics Economics and philosophy, 14(2). 283–306.

    📃 Yew-Kwang Ng (1989). What Should We Do About Future Generations? Impossibility of Parfit’s Theory X Economics and philosophy, 5(2). 235–253. ↩︎

  23. 📃 Hilary Greaves (2017). Population Axiology Philosophy Compass, 12(11). 1–15. ↩︎

  24. Por ejemplo, 📃 Torbjörn Tännsjö (2002). Why We Ought to Accept the Repugnant Conclusion Utilitas, 14(3). 339–359.

    📃 Michael Huemer (2008). In Defence of Repugnance Mind, 117(468). 899–933. ↩︎

  25. Obsérvese que las perspectivas promedio y total siempre coinciden en la clasificación de los resultados cuando éstos contienen el mismo número de individuos. En tales casos, se dice que ambas teorías son “extensionalmente equivalentes”. ↩︎

  26. Se trata de una variación del caso Infierno tres de 📘 Derek Parfit (1984). Reasons and Persons. Oxford: Clarendon Press. p. 422.  ↩︎

  27. Definición adaptada de 📃 Gustaf Arrhenius (2000). An Impossibility Theorem for Welfarist Axiologies Economics and philosophy, 16(2). 247–266.

    Nótese que esta etiqueta es engañosa. Mientras que la objeción anterior señalaba cómo la perspectiva promedio a veces favorece la adición de vidas miserables (lo que parece sádico), la llamada “conclusión sádica” se opone en cambio a la afirmación de que añadir un pequeño número de vidas de bienestar negativo puede ser menos malo que añadir un gran número de vidas moderadamente positivas a un mundo por lo demás muy feliz. En la medida en que este juicio comparativo se deriva de evaluar negativamente (algunas) vidas de bienestar positivo, en lugar de positivamente vidas de bienestar negativo, la etiqueta de “sadismo” parece un término equivocado. ↩︎

  28. Donde f es una función estrictamente creciente y estrictamente cóncava con asíntota horizontal. Es decir, a medida que N aumenta, f(N) aumenta a un ritmo decreciente, y nunca supera un cierto límite.

    Cf. 📃 Thomas Hurka (1983). Value and Population Size Ethics, 93. 496–507.

    📃 Yew-Kwang Ng (1989). What Should We Do About Future Generations? Impossibility of Parfit’s Theory X Economics and philosophy, 5(2). 235–253. ↩︎

  29. 📃 Hilary Greaves (2017). Population Axiology Philosophy Compass, 12(11). 1–15. ↩︎

  30. Pueden evitar la conclusión repugnante ya que el valor total de una población está sujeto a un límite superior si el valor de las vidas adicionales disminuye asintóticamente.

    Cf. 📃 Hilary Greaves (2017). Population Axiology Philosophy Compass, 12(11). 1–15. ↩︎

  31. 📘 Derek Parfit (1984). Reasons and Persons. Oxford: Clarendon Press. cap. 18.  ↩︎

  32. Consideremos un mundo bueno con mil millones de personas felices y una sola persona miserable. Imaginemos que aumentamos repetidamente el número de personas felices y miserables de acuerdo con un mismo factor: diez mil millones de personas felices y diez personas miserables, cien mil millones de personas felices y cien personas miserables, etc. Para una población suficientemente grande, cada vez que aumentamos su tamaño de esta manera, el mundo empeora (según estas teorías asimétricas) hasta que finalmente llegamos a un mundo globalmente malo. ↩︎

  33. Para un intento de este tipo, véase la sección 7.2.2 de 📘 Richard Yetter Chappell (2021). Parfit’s Ethics. Cambridge: Cambridge University Press.  ↩︎

  34. Generalmente se supone que el nivel crítico no es negativo, es decir, es positivo o cero. Un nivel crítico negativo atribuiría inverosímilmente un valor positivo a (algunas) vidas negativas. ↩︎

  35. Cf. 📘 John Broome (2004). Weighing Lives. Oxford: Oxford University Press. pp. 213–214.  ↩︎

  36. 📃 Charles Blackorby, Walter Bossert & David Donaldson (1996). Quasi-Orderings and Population Ethics Social Choice and Welfare, 13(2). 129–150. 📃 Wlodek Rabinowicz (2009). Broome and the Intuition of Neutrality Philosophical Issues, 19(1). 389–411.

    📃 Johan E. Gustafsson (2020). Population Axiology and the Possibility of a Fourth Category of Absolute Value Economics and Philosophy, 36(1). 81–110. ↩︎

  37. Cf. 📃 Ruth Chang (2002). The Possibility of Parity Ethics, 112(July). 659–688. ↩︎

  38. Uno puede, por ejemplo, obtener este resultado pensando en el rango crítico como la representación de un rango dentro del cual es indeterminado donde se encuentra el nivel crítico. O se puede considerar un rango de pluralismo razonable, de modo que se pueda tratar cualquier punto de este rango como el nivel crítico a la hora de formar preferencias personales sobre qué vidas añadir (o no) al mundo. En cualquiera de los dos enfoques, podemos entonces supervaluar, y sostener que la población X es (verdadera, determinada u objetivamente) mejor que Y sólo si esta evaluación se siguiera de todas las teorías de nivel crítico en las que el nivel crítico cae dentro del rango especificado. ↩︎

  39. Gustafsson desarrolla un punto de vista en esta línea, aunque con una terminología diferente a la que usamos aquí (por ejemplo, usando “indistinción” en lugar de " borrosidad del valor”). Véase: 📃 Johan E. Gustafsson (2020). Population Axiology and the Possibility of a Fourth Category of Absolute Value Economics and Philosophy, 36(1). 81–110. ↩︎

  40. La siguiente ilustración está adaptada de 📃 Johan E. Gustafsson (2020). Population Axiology and the Possibility of a Fourth Category of Absolute Value Economics and Philosophy, 36(1). 81–110.p. 92.  ↩︎

  41. Esto puede resultar especialmente problemático si el rango crítico es simétrico, de forma que las vidas ligeramente negativas también se califican como mediocres (en lugar de malas). La mayoría pensaría que el mundo A idílico debería ser estrictamente mejor que un mundo “Z-” que contuviera un gran número de vidas ligeramente negativas, pero las teorías del rango crítico simétrico tendrán dificultades para alcanzar este veredicto. Cf. Population Axiology and the Possibility of a Fourth Category of Absolute Value p. 95. , que afirma que esto no es una implicación muy difícil de tolerar si el valor personal/bienestar de tal vida es también borroso, y por lo tanto “mediocre” (en nuestra terminología) en lugar de malo para la persona que lo vive.

    📃 Johan E. Gustafsson (2020). Population Axiology and the Possibility of a Fourth Category of Absolute Value Economics and Philosophy, 36(1). 81–110. ↩︎

  42. Aquí usamos el término “impersonal” simplemente para contrastar con la perspectiva centrada en las personas estrecha. Por tanto, incluso una teoría impersonal (según nuestro uso) puede considerar que el valor de un estado de cosas se basa en hechos sobre lo que es bueno para determinadas personas, por ejemplo, si uno sostiene que una existencia feliz puede constituir un beneficio no comparativo, de forma paralela a cómo una existencia miserable constituye un daño no comparativo. ↩︎

  43. Las teorías del rango crítico que hemos discutido son más difíciles de recoger en una fórmula numérica. Pero si dejamos de lado las vidas que caen dentro del intervalo crítico, podríamos aproximarnos al valor global restante sumando por separado los niveles de bienestar positivo y negativo, en la medida en que superen sus respectivos extremos del intervalo crítico. Así, utilizando subíndices positivos y negativos para denotar los respectivos números (N), promedios (Q) y puntos límite críticos (α) de estas dos subpoblaciones, podemos escribir la función de valor como N+ * (Q+ - α+) + N- * (Q- - α-).

    Alternativamente, podríamos pensar en el valor del mundo como en sí mismo indeterminado o correspondiente a un rango numérico, tal como viene dado por todas las posibles teorías de nivel crítico correspondientes al rango crítico, es decir: todo lo que va desde N * (Q - α-) hasta N * (Q - α+). Según este enfoque, el valor del mundo repugnante Z, por ejemplo, sería indeterminado a lo largo de una inmensa gama de valores que van de extremadamente negativo a extremadamente positivo, porque N es inimaginablemente enorme mientras que el signo de (Q - α) es indeterminado, dada la gama de niveles críticos candidatos α↩︎

  44. Según la perspectiva total, añadir una persona con bienestar positivo siempre es bueno, en igualdad de condiciones. Lo mismo ocurre con las teorías del valor variable, aunque para una población preexistente grande el valor marginal de una vida adicional añadida puede ser bajo. En la perspectiva promedio, añadir una persona es bueno, en igualdad de condiciones, si su bienestar supera el promedio; del mismo modo, en las teorías del nivel crítico (y del intervalo), es bueno si su bienestar supera el nivel (o el intervalo) crítico. ↩︎

  45. 📃 Jan Narveson (1973). Moral Problems of Population Monist, 57(1). 62–86.p. 80.

    Para ejercer presión sobre el eslogan, considérese el atractivo limitado de su análogo de bienestar negativo: “Nos oponemos a hacer desgraciada a la gente, pero somos neutrales respecto de hacer gente desgraciada”. Como se analiza a continuación en esta sección, la viabilidad de los enfoques de la ética de la población centrados en las personas afectadas depende crucialmente de la validación de una asimetría radical entre vidas positivas y negativas. ↩︎

  46. Por ejemplo, véase:

    📃 Elizabeth Finneron-Burns (2017). What’s Wrong With Human Extinction? Canadian Journal of Philosophy, 47(2). 327–343. 📃 Jan Narveson (1967). Utilitarianism and New Generations Mind, 76(301). 62–72. 📃 Jan Narveson (1973). Moral Problems of Population Monist, 57(1). 62–86. 📃 by M. A. Roberts (2002). A New Way of Doing the Best That We Can: Person‐based Consequentialism and the Equality Problem Ethics, 112(2). 315–350.

    📖 Melinda A. Roberts (2004). Person-Based Consequentialism and the Procreation Obligation In Tännsjö, T. & Ryberg, J. (Eds.), The Repugnant Conclusion. (pp. 99–128) Springer Netherlands.  ↩︎

  47. Al menos, no puede ser mejor o peor en términos de bienestar. ↩︎

  48. Cf. 🎓 Gustaf Arrhenius (2000). Future Generations: A Challenge for Moral Theory. Uppsala University.cap. 8.

    📃 David Heyd (1988). Procreation and Value Can Ethics Deal With Futurity Problems? Philosophia, 18(2). 151–170. ↩︎

  49. Cf. el caso del “niño desgraciado” de Parfit. 📘 Derek Parfit (1984). Reasons and Persons. Oxford: Clarendon Press. p. 391.  ↩︎

  50. 📃 Jeff McMahan (2013). Causing People to Exist and Saving People’s Lives Journal of ethics, 17(1). 5–35.

    📖 Jeff McMahan (2009). Asymmetries in the Morality of Causing People to Exist In Roberts, M. & Wasserman, D. (Eds.), Harming Future Persons. (pp. 49–68) Springer Netherlands.  ↩︎

  51. Aunque uno de los coautores de este capítulo ha argumentado en otro lugar que “se piensa que es ‘intuitivo’ principalmente porque se ha confundido implícitamente con otras tesis más plausibles.” Véase 📖 Richard Yetter Chappell (2018). Rethinking the Asymmetry In Kumar, R. (Eds.), Ethics and Future Generations. (1, pp. 1–11) Routledge.  ↩︎

  52. 📖 Jeff McMahan (2009). Asymmetries in the Morality of Causing People to Exist In Roberts, M. & Wasserman, D. (Eds.), Harming Future Persons. (pp. 49–68) Springer Netherlands.  ↩︎

  53. La descripción del caso se ha adaptado de 🎓 Nick Beckstead (2013). On the Overwhelming Importance of Shaping the Far Future. Rutgers University. ↩︎

  54. Un desafío importante para tal punto de vista sería explicar cómo hacer que esta borrosidad del valor sea compatible con la asimetría, de modo que las vidas miserables sean reconocidas apropiadamente como malas (no meramente mediocres). ↩︎

  55. Al menos bajo el supuesto de que las vidas buenas predominan sobre las miserables. Por ejemplo, una persona en el mundo A debería alegrarse de que ese mundo exista. ↩︎

  56. 📘 Toby Ord (2020). The Precipice: Existential Risk and the Future of Humanity. London: Bloomsbury Publishing. Véase especialmente la nota 25 de los Apéndices. ↩︎

  57. Otra posibilidad sería algún tipo de perspectiva híbrida que combinara una teoría impersonal con razones adicionales centradas en las personas afectadas para dar prioridad a los intereses de los individuos existentes. Esto ayudaría a bloquear los problemas de la “remplazabilidad” —es decir, que las perspectivas impersonales hacen que sea demasiado fácil justificar que se (maten y) remplacen las vidas existentes por otras “mejores”— sin las implicaciones extremas de las perspectivas centradas en las personas afectadas.

    Para un debate fascinante sobre algunas de las complejidades de establecer compensaciones entre daños y beneficios ordinarios y el bien no comparativo de crear una nueva vida (feliz), véase:

    📃 Jeff McMahan (2013). Causing People to Exist and Saving People’s Lives Journal of ethics, 17(1). 5–35. ↩︎

  58. Además de la reducción del riesgo existencial, otra estrategia prometedora para mejorar el futuro a largo plazo es la “ampliación del círculo moral”: aumentar la preocupación moral por los miembros de algunos grupos periféricos para incluir, idealmente, a todos los seres sintientes.

    📃 Jacy Reese Anthis & Eze Paez (2021). Moral Circle Expansion: A Promising Strategy to Impact the Far Future Futures, 130(104743)↩︎

  59. Esta suposición es plausible: con el continuo progreso tecnológico, social y moral, la calidad de vida media en el futuro probablemente seguirá aumentando, como lo ha hecho durante cientos de años. Sólo un nivel crítico irrazonablemente alto, según el cual incluso el valor de la vida media en la generación presente fuera negativo, podría invalidar la conclusión de que la reducción del riesgo existencial debería ser una prioridad. ↩︎

  60. Aunque el sufrimiento en los criaderos intensivos de animales podría significar que nuestra generación está reduciendo el bienestar medio entre las criaturas sintientes que han existido hasta ahora. Pero las mejoras tecnológicas, en particular el desarrollo de la carne cultivada y otras alternativas a los productos de origen animal, podrían hacer de la cría intensiva de animales un fenómeno temporal. ↩︎

  61. Si lo que cuenta como población “grande” es mucho mayor que la población actual, esto aumenta aún más la importancia que asignan las teorías del valor variable a evitar riesgos existenciales, ya que se aproximan a la perspectiva total para poblaciones pequeñas. ↩︎

  62. Por ejemplo, David Althaus y Lukas Gloor argumentan que reducir los riesgos de sufrimiento futuro astronómico debería ser una prioridad ética. 💻 David Althaus & Lukas Gloor (2019). Center on Long-Term Risk.  ↩︎

  63. Hilary Greaves y Toby Ord argumentan que (dado un enfoque plausible para lidiar con la incertidumbre moral), a medida que crece el número esperado de vidas futuras, esto “nos empuja sistemáticamente a elegir la opción preferida por la perspectiva total y las perspectivas del nivel crítico, incluso si asignamos una baja credibilidad a esas teorías.”

    📃 Hilary Greaves & Toby Ord (2017). Moral Uncertainty About Population Axiology Journal of ethics and social philosophy, 12(November). 135–167.

    Véase también:

    📃 William MacAskill (2019). Practical Ethics Given Moral Uncertainty Utilitas, 31(3). 231–245.cap. 8.

    📖 Toby Ord (2020). Appendix B: Population Ethics and Existential Risk In The Precipice. Bloomsbury Publishing.  ↩︎